viernes, 30 de agosto de 2013

FACTORES INDIVIDUALES PARA MEJORAR EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO



“Trabajar el todo para que sea mas que la suma de sus partes” Fritjof Capra

A la hora de entrenar es verdad que la variedad de factores a tener en cuenta es grandísima, aunque existen determinados aspectos que no podemos saltarnos.
Es fundamental tener en cuenta nuestro aspecto individual desde la teoría de sistemas vivos,  dado que no somos compartimentos estanco (físico, psicológico, emocional..) sino que cada una de las partes afecta al todo,  a la persona que somos y  a como afrontamos la práctica deportiva. Más bien somos una estructura en red, una red que se extiende en diferentes direcciones. Por ello tenemos que tenerlas en cuenta todas, marcarnos objetivos y trabajarlas correctamente para “optimizar” el sistema, es decir, para adaptar nuestro rendimiento a nuestras circunstancias y  a las del entorno. Cuando tocamos un piano, si pulsamos todas las teclas a la vez, aparece un sonido caótico, lo mejor es ir tocando las teclas correctas y en su tiempo adecuado. Eso ocurre con el entrenamiento, más que hacerlo todo “al bulto” es mejor conocer las diferentes teclas que debemos pulsar e ir probando con ellas hasta encontrar nuestra melodía.

El principal error que cometemos es querer “maximizar” para mejorar nuestro rendimiento, nuestra salud… “Más de lo bueno no es mejor”, correr más horas no nos va a preparar mejor para un cross, o hacer 1000 abdominales no va a quemar grasa del abdomen. Tenemos que trabajar en calidad, si bien para ello necesitamos experimentar diversos métodos adaptados a nuestras propias características.
En relación a la persona y a la actividad que hacemos, hemos de tener muy presente los siguientes factores (Seirul lo):
Físicos: capacidades de fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad del sujeto así como de los requerimientos energéticos de la actividad y las capacidades físicas que son prioritarias en el la práctica deportiva: si mi objetivo es perder peso, debemos de buscar actividades aeróbicas prioritariamente (carrera, natación, bicicleta:..). del mismo modo es necesario saber que nivel de resistencia aeróbica tengo para empezar gradualmente e ir variando las condiciones de la práctica.
Técnicos: cada actividad requiere de una técnica y tenemos que aprenderla y como no, darle nuestro toque, adaptarla a nuestras condiciones. Una buena técnica es fundamental para cualquier cosa. Al principio de cualquier práctica aparecerán los errores, los cuales nos sirven para ir corrigiendo y puliendo los aspectos técnicos. Si bien no es imprescindible obsesionarse con la técnica, en las etapas iniciales tenemos que intentar ser cuidadosos con ella.
Cognitivos: El aprender cualquier disciplina, empieza arriba, en la mente. Ahí es donde tomamos decisiones, procesamos la información, corregimos los errores para automatizar respuestas que luego nos permiten aprender nueva información. Es obligatorio retarse en este apartado, obligar que en el entrenamiento aparezcan estímulos que reten al cerebro a buscar una solución. En los deportes colectivos o donde el entorno es cambiante como por ejemplo la vela, es más fácil, ya que el propio medio y los adversarios o compañeros te fuerzan a ello. En los deportes más “físicos” como puede ser la carrera es necesario que busquemos nuevos estímulos como cambiar de recorridos, introducir entrenamientos por tiempos o fraccionados…
Sociales y afectivos: Somos seres sociales y no podemos apartar de nuestra práctica este carácter. Tanto si es de ocio, de salud o de rendimiento, en el deporte se establecen relaciones con otras personas. Necesitamos del conocimiento, del feedback de otros, también compartir aquello que nos gusta. Cuando el deporte es de equipo las conductas de los jugadores a nivel de confianza con el equipo y la coordinación de movimientos colectivos es importantísima. ¿Es un acto social un partido con los amigos? ¿uno de padel?¿inscribirse en una carrera popular?¿hablar de ejercicio?. Como dice John Wooden “todo éxito genuino y duradero se basa en la forma en que nos relacionamos”
Emotivos: las emociones, sentimientos y sensaciones que nos despierta la práctica deportiva tienen una fuerza extraordinaria, esto es debido a que requiere de la participación en gran medida de nuestro cuerpo físico y las emociones provienen de ahí. Podemos experimentar alegría, éxtasis, sufrimiento, dolor, éxito, fracaso…
Por lo tanto es una herramienta fantástica para la observación de emociones humanas. También hemos de conocer y trabajar los principales motivos que nos llevan a hacer nuestra práctica y a ponerlos en juego cuando hagamos la misma cada día. Especial atención tiene aquí la voluntad del sujeto, que se pone a prueba y mejora a medida que vamos superando aquellos retos  (a nivel interior) que nos hemos ido marcando. Los grandes aprenden a apoyarse en las emociones positivas para impulsar su actividad, así como a salir fortalecidos cuando aparecen otras como fracaso, miedo, sufrimiento…
Creativos y expresivos la práctica de actividad física nos sirve para expresar nuestra identidad al mundo, a los demás,  nuestro yo. Aprendemos cosas nuevas a través de combinar diferentes enseñanzas y hacerlas a nuestra forma, tal y como somos. La técnica y la táctica están bien pero necesitan de un sujeto que la lleve a cabo, que cree algo a partir de la nada y exprese lo que es gracias a ese movimiento, a ese golpeo, a esa carrera. El inventar nuevas formas de llevar a cabo nuestra actividad, no sólo en el plano técnico o táctico sino cognitivo (estudiando nuestro deporte, compartiéndolo…) enriquece de forma inmensa y da un sentido a lo que hacemos.

Veamos un ejemplo de cómo un corredor aficionado que empieza como podría ir evolucionando en el trabajo cada uno de las estructuras que conforman a un ser vivo:
Físico: aumentar el tiempo de carrera, trabajar también capacidades asociadas como flexibilidad o fuerza a través del Pilates para evitar descompensaciones.
Técnico: trabajo de amplitud y frecuencia de zancada, observación de videos, grabarse corriendo, comenzar a ser consciente de los apoyos correctos…
Cognitivo: cambiando recorridos, introduciendo entrenamientos fraccionados, cambiando superficie…
Sociales y afectivos: corriendo en grupo, formando parte de competiciones, compartiendo experiencias.
Emotivos: observando emociones cada día y llevando un diario, aprender la diferencia entre dolor y sufrimiento, cumpliendo sus días de entrenamiento…
Creativo expresivos: Variando formas de correr, haciendo recorridos de distinta forma, tomar referencias de entrenamiento como las sensaciones para variar la práctica en cada momento…
Para que un proceso de entrenamiento sea completo, debe de atender a todas estas estructuras. Bien es verdad que no se puede trabajar todo a la vez pero podemos priorizar un día lo físico, lo cognitivo… pero teniendo en cuenta lo técnico, lo social…
El éxito no viene de maximizar, sino de combinar las diferentes estructuras, de producir una sinergia entre ellas para que “el todo llegue a ser más que la suma de las partes por separado”.


Un Libro
La trama de la vida  Fritjof Capra

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